jueves, 14 de febrero de 2013

Comunicación familiar

Todas las familias pasan por etapas difíciles. Aunque los conflictos pueden ser desconcertantes, o incluso graves, no tienen por qué distorsionar la comunicación familiar. Existen sugerencias para paliar los problemas y al mismo tiempo mantener abiertas las líneas de comunicación.

Mi hijo adolescente ya no me habla
Recomendaciones para superar las dificultades:
Amor y paciencia son los dos ingredientes necesarios en toda comunicación familiar y que deben ajustarse a la edad del hijo.
Al comunicarse es necesario mirarse a los ojos, hablar a la misma altura física y psicológica y asentir con el gesto como fórmula para aprobar y demostrar interés. También es conveniente exponer breves preguntas que confirmen la escucha activa: ¿de verdad?  ¿Por qué no me cuentas más?...
Es preciso matizar que no es adecuado el hacer comentarios como “¿has terminado ya?”, “tengo prisa”, “pues vaya tontería me cuentas..." Es frustrante para el hijo el fijarse en otros aspectos no relacionados con la comunicación como el peinado, el orden del cuarto, la ropa. Es muy decepcionante también  que desea cuando nos hable nos centremos en el mal uso o pronunciación de palabras, o en incorrecciones gramaticales. Los padres tenemos el deber de entender la lengua de trapo de nuestro bebé o nuestro adolescente, y saber que desea transmitirnos. Este esfuerzo, por nuestra parte, de comprensión y entendimiento es parte fundamental de la comunicación.
Pasos para intentar solucionar el problema por parte de los padres:
  1. Análisis:
    Preguntarse ¿cuál es el problema?.. No encontramos tiempo, no encontramos lugar adecuado, no tenemos tema de conversación. ¿Por qué no me habla?... se ha aislado, me he olvidado de él/ella durante años, sufre una pérdida afectiva…No se pregunte ¿Quién tiene la culpa? Pues sin duda es de los dos partes.
  2. Buscar información:
    ¿Qué soluciones hay?, depende de la investigación previa. Puede ser que se necesite un mediador familiar, o una psicóloga, o un buen libro, o un amigo de los dos. Es preciso volver a encontrar un cauce, un camino de unión: he comprado unas entradas para el cine, ¿quieres venir conmigo?, te invito.
  3. Propuesta de resolución:
    Ya tenemos el camino, ahora el padre debe dar el primer paso e invitar al hijo o hija a acompañarle en el paseo. “Por favor escúchame, necesito hablar contigo, tengo algo importante que decirte, vamos a darnos un tiempo nuevo de diálogo, es una prueba, un mes, salimos a pasear un rato como hoy, dime qué piensas”.
  4. Evaluación:
    Anote sus impresiones y sobre todo anote las contestaciones de su hijo. Será la forma de poder comparar situaciones y mejorar.
  5. Plan de futuro:
    A medias con su hijo planteen una forma conveniente para comunicarse como ir al futbol o al espectáculo deportivo que más les interese a ambos, ir de excursión al monte, salir a comer, ir al cine…
Sugerencias.
  • Resuelva los problemas uno a uno. No es buena idea discutir varios temas al mismo tiempo. Cuando esto sucede las familias pierden con facilidad el enfoque de los temas importantes.
  • Busque maneras creativas de resolver los problemas. Cuando se trata de resolver conflictos, los padres deben tener en cuenta que pueden existir más de una solución para cada problema. Padres e hijos deben trabajar juntos para encontrar soluciones que sean satisfactorias para ambos. La flexibilidad para resolver problemas es una habilidad muy buena que los niños pueden aprender. Si una solución no funciona, los padres deben tratar de ser suficientemente flexibles para encontrar otra.
  • Sea educado. Durante los conflictos, quizás más que en otras ocasiones, los padres deben tratar a sus hijos con el mismo respeto con que tratarían a cualquier otra persona. Los niños son personas también, y por lo tanto merecen ser tratados con respeto. A veces durante el calor de la discusión o el desacuerdo, los padres les dicen cosas a sus hijos que nunca dirían a otro pariente o amistad cercana.
  • Hable en primera persona. Cuando discuta temas conflictivos con sus hijos, los padres deben siempre tratar de referirse a los problemas conforme a su opinión. Por ejemplo, en lugar de decir "Tú nunca recoges la ropa ", los padres pueden decir "Yo me siento frustrada cuando tu no recoges tu ropa." Al usar "Yo", los padres expresan a sus hijos como les hace sentir su conducta, en lugar de acusarlos o humillarlos. Hablar en primera persona es efectivo con los niños, porque ellos no tienden a rebelarse contra las normas recibidas y con los adolescentes, porque se sienten menos amenazados que si se les habla con acusaciones y/o culpa. Hablando de "YO" también enseña a sus hijos a ser responsables de sus actos. Los padres que expresan sus sentimientos de esta manera están enseñando a sus hijos a comportarse así también.
  • Esté dispuesto a perdonar. Enseñe a sus hijos a perdonar, haciéndolo usted mismo.

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